viernes, 26 de septiembre de 2008

(Basado en hechos reales)

Alusión a la teoria del amigo lanzador o como añadir nuevas especies al animalario de Peti
(http://asisonlascosas-seoane.blogspot.com/2008/09/el-amigo-lanzador.html)

Leyendo las sabias palabras de este gran observador de la vida que es Peti he sentido la necesidad imperiosa de nombrar a una especie que quizás mimetizada como amigo lanzador haya pasado inadveritada a los ojos de Peti (aunque lo dudo). Esoy hablando de el amigo buitre. Este amigo usa hábilmente las técnicas del amigo lanzador pero como medio para romper el hielo y desviar la atención de sí mismo en un primer instante. Usa hábilmente los tempos presentando a numerosos amigos (incluso los que simplemente pasaban por alli), ganando ya tiempo de contacto con las feminas a las que pretende cazar. Suele hablar bien y rápido diciendo cosas no muy esmeradas ya que las presas se encuentran atrapadas en una red de información novedosa tejida para darles caza. Desinhibido habla maravillas de sus amigos (y esto le hace parecer un tipo majete) pero nunca pretende el éxito para sus compañeros sino para sí mismo. Como no centra la atención sobre sí, se convierte a ojos de las presas en un tio despreocupado y sin ganas de ligar (nada mas lejos de la verdad) despertando así el interés de las más vanidosas de la manada. Finalmente cuando el ambiente creado se dispersa es cuando despliega sus garras y en la disolución de la manada comprueba si alguna inocente presa permanece hablando un rato más con él. De ser así ya solo tendrá que tener cuidado de no decir ninguna burrada y habrá conseguido lo que pretendía.

No quisiera dejar de mencionar a
la amiga columna que es la amiga que mantiene unido al grupo de amigas y que de dar con ella te abre un mundo de posibilidades. Conoce los secretos de todas las demás (ya que misteriosamente todas confian en ella más que en las otras) y te guía en el camino hacía el exito con la amiga que ella considera adecuada. Son difíciles de reconocer y generalmente se da con ellas por azar.

Por último quería aludir a
el amigo hacienda que es ese amigo que parece ser que está notablmente más bueno que el resto y que si sale contigo te mete un poco de presión ya que a partir de entonces tendrás que buscas las chicas de dos en dos, una para pagar el impuesto a tu amigo y otra para ya poder intentarlo tú por tu cuenta (si lo intentas de una en una a la manera usual ella te hace caso hasta que ve a tu amigo hacienda y pide que se lo presentes).

jueves, 25 de septiembre de 2008

(Ficción de aficionados)

Se aproximaron a la puerta. Ella la abrió y sin decir nada entraron los dos despacito.

Él la tomó por la nuca y acerco sus lúbidos a los suyos, frotó la carnosa léguida con la suya sintiendo todos y cada uno de los fámilos que había en ella. Rebañó la garbígea húmeda y entonces ella bajó las manos hasta su pantalón. Comenzó a desabrocharle los botones mientras él sentía las firmes péguidas de ella. Conteniendo muy poco la excitación bajó las manos hasta su caliente gubrida. Empezaron a empujarse juguetones mientras las prendas de ropa iban desapareciendo. Entonces ella comenzó a frotar sus sensibles clovideas en sus jálibas tersas mientras le apretaba intermitentemente las enrojecidas grombas. Él le susurro al oido alguna mentira y ella descubrió su juvenil clúbido granioso, para que acto seguido él se afanase en besarlo con toda la delicadeza de sus acelerados gánidos.

Encajaron violentanmente su gromio en su magrio y así continuaron hasta quedarse dormidos...

(A Pat)

(Crónica de un regüeldo)

Teléfono:
-Tío, ¿qué tal estas?
-Bien, bien, ¿dónde está mi cartera?
-Te la hemos cogido nosotros, la tiene Vica. Es que como cuentan cosas de las ambulancias he pensado que sería mejor...
-¡Pues ahora no me quiere coger ningun taxi porque no tengo dinero!
-¿¡Pero quieres venir a Galdacano todavía!?
-Joder claro.
-Pues dile que te pare detrás del escenario y le pagamos cuando llegues.

...
-El Joses, que se quiere venir y no le cogen los taxis porque no tiene dinero.
-¿No será porque tiene la pierna potada?
...

Teléfono:
-Oye, que al final me voy pa' casa.
-Vale Joses, ya hablaremos mañana.

Parece ser que no se acordaba de nada. Eso no está bien, no puedes darle un tortazo a Mosca y luego permitirte el lujo de olvidarlo...

viernes, 19 de septiembre de 2008

(Crónica de un regüeldo)

El bar se llamaba Charlston, o Claxton, o algo así. Los amanerados jebis de las 7 de la mañana decían de él que siempre abría (o que nunca cerraba) y que pese a parecerlo, solo había que empujar la puerta convencido. Que la gente era mala gente, pero eso sí, solo si se la molestaba.

Con esta presentación entramos en el Chlaston, y sí que parecía estar cerrado, sí que la única forma de entrar era empujando la puerta convencido, y sí que había gente que a priori, se podría calificar de mala.

Dentro habia oscuridad, y malas formas, y música no muy alta. Suciedad, gente enigmática y mucho viaje al baño. Los precios no eran baratos y el ambiente no era del todo distendido. No obstante, daban de beber (diría que licores de extraperlo). Para más seguridad, el Malxton, contaba con dos salidas.

Pero lo mejor de todo, es que en medio de suciedad, oscuridad y carismas de tabique roto; Josu decidió quedarse en el Haxton.

(Hoy hemos llamado a su casa y parece que ha llegado entero)

jueves, 18 de septiembre de 2008

(Ficción de aficionados)

Toqué la puerta y se abrió ante mí una luz lúgubre que perfectamente podía albergar una sesión de espiritismo. Ante mí estaba Cristine, asi que alargué el brazo furtivamente y le pasé 50 dólares que intentó rechazar. La miré con la cara de otras veces y ella se los guardó herida en su orgullo.
El aire de la habitacion aunque viciado, no llegaba a ser desagradable del todo.

- Pasa, John está ahí, mirando la tele.

El resto de la habitación no ofrecía mas alegrías que la luz que la iluminaba. John estaba sentado en un viejo sillón rojo que con la oscuridad parecía granate. Al rededor todo transmitía una sensación de desorden. John no miraba la tele que estaba encendida, sino que su vista se perdía a la derecha de esta. Cuando me vio hizo ademán de levantarse y a medio camino nos dimos un abrazo. La manta vieja que le cubría calló al suelo y la recogió de nuevo al sentarse.

-Celebro verte por aqui. ¿Que te trae?
-Ya sabes, he venido a ver a un viejo amigo- todos sabíamos que cuando aparecía por su casa era para darle algo de dinero, no mucho ya que yo tampoco andaba sobrado, pero lo suficiente como para que pudiese comprar algunas medicinas y aliviar así sus cada vez más frecuentes recaidas-. ¿Qué tal suena tu vieja flauta?

El se rio durante un rato. Hacía ya tiempo que eramos amigos y habíamos conseguido sintonizar nuestro sentido del humor. Cristine tomó una silla y se sentó a nuestro lado.

-¡No me hables de su saxo! El otro día habló en sueños, y ¡habló de vender su saxo! Y eso no es lo peor de todo, lo peor es que cuando se lo dije a la mañana siguiente, le pareció una buena idea.- John la oía y reía con la mirada hacía rato perdida a un lado de la tele.-¿¡De qué ibamos a vivir entonces!?
-Maldito saxo-musitó sin que nadie llegase a oirle.
-No puedes hacer eso John, tu saxo lo es todo-le dije.
-Claro que puedo, a veces pienso que debería venderlo y mandar todo al carajo. Las deudas de hoy las pago la semana que viene para poder contraer otras. Pero ¿y si no las pagase? Ya no me preocuparían las deudas nuevas, y entonces si que podría estar aquí tranquilo, como estoy ahora, bajo esta manta, y sin esta asquerosa fiebre.

Me fijé en él y sudaba, aunque era difícil de ver en la oscuridad. El trozo de brazo que le asomaba por encima de la manta era bastante delgado. Le pregunté si comía bien y dio un manotazo al aire. Cristine se levanto a preparar café.

-Oye hermano, quiero darte las gracias...
-No sigas John, ya sabes que lo hago por que quiero.
-En cualquier caso yo te lo agradezco. Bajaré ahora a comprar las medicinas, y mañana estaré algo mejor. Y quien sabe, quizas el jueves ya pueda actuar en el club con los chicos.-Su mirada se perdió de nuevo-. Lo estoy deseando.

Cuando Cristine regresó con el café, él se puso en pie de un brinco y se vistió para bajar a la farmacia. Se paró en el umbral de la entrada para que Cristine le dijese que por favor volviese rápido, remarcando el "por favor" con un punto de miedo en su mirada. Nos afanamos en envolver nuestras tazas de café con las manos y entonces ella se echó a llorar.

-Cada dia piensa más en colocarse. Y cada día esta peor cuando no lo hace. Y yo a veces, le doy un poco de dinero porque...- se calló y pararon las lágrimas- porque deberías oirle cuando toca con una ración de esa mierda. Es verdaderamente... bello. Dios, toca como nunca antes ha tocado. A veces los chicos le engañan para improvisar y poder dejar de acompañarle a la mitad y simplemnte quedarse mirándolo. Es genial, de verdad. Él ni se da cuenta, y pasan minutos y minutos y es igual que cuando estabamos en Nueva York, qué digo, ¡es mejor!. Y solo por esos momentos merece la pena. Dura un rato, a veces puede llegar a ser una hora, y es perversamente bueno. No se le nota la flaqueza de las piernas ni de los dedos, y se mueve, y a mi me parece verlo 20 años más joven. Pero luego-se le borró la sonrisa- luego de repente empieza a desafinar y él se da cuenta y al instante para. Y le habla a quien le escucha de como el tiempo es relativo y esas cosas que le gusta tanto decir, y que la verdad ya ni los chicos aguantan. Solo tú y algun pobre seguidor que lo idolatra, todavía.

Se hizo el silencio y bebimos café. Al termino de un cigarrillo me levanté y abracé a Cristine con fuerza. Ella me miro:

-¿Sabes? Ya hay gente que ha dejado de saludarle. ¿Cuanta gente le puede conocer en Nueva Orleans? Por Dios, ha tocado aquí desde siempre y cada vez hay mas caras que se dan la vuelta. Dile que haga algo, a tí todavia te hace caso.
-Tranquila, ahora cuando me lo cruce le pediré que se reponga para el jueves, pero escóndele el tabaco y cuida de que se abrigue.

Pisando los primeros escalones tomé aire fresco para mis pulmones y oí que subía unos pisos mas abajo. Al encontrarmelo en la escalera nos dimos un abrazo.

-John, el jueves estaré en el club, prometeme que te repondrás para tocar como solo tú sabes hacerlo.
-Te lo prometo.

Me fui jodidamente contento, porque sabía que si me lo había prometido lo haría. Y solo por eso seguía siendo su amigo.


(A Julio supongo)

miércoles, 17 de septiembre de 2008

(Basado en hechos reales)

A veces es triste que nadie tenga en el movil el llanto de un bebé como politono. Pero entonces aparece un coche pilotado por payasos y te preguntas si para alguien esta será una de esas veces en las que el placer de llegar a casa alivia el dolor que provoca el final de un viaje. Si una emoción prevalece sobre la otra y alivia el desazón que esta provoca.
Supongo que al final todo es igual de poco emocionante si no implica matar a una monja con un golpe de oreja.

(A Carupe)

(Ficción de aficionados)

-Perdona, ¿tienes fuego?
Le tiendo el mechero. Fuego, ella calada. Yo calada
-¿Estudias o trabajas?
-Ninguna de las dos cosas.
Yo calada, calada. Ella calada. Yo calada.
-¿A qué te dedicas entonces? ¿Eres artista o algo asi?
Ella pierde la mirada. Yo calada. Ella calada. Yo calada.
-Si algo asi- contesta.
-¿Cantas o bailas?- Rio nervioso y calada.
-No, cantar no es lo mío. Eso lo dejo para el que sepa...
Ella calada. Yo calada, calada.
-¿Entonces que es lo tuyo?
Yo calada. Ella calada. Yo calada
-Pues...- ella calada, cigarrillo a la mitad al suelo. Me mira a los ojos durante un incomodo instante y sonrie picarona antes de expirar el humo cerca de mi cara-...llegar- machaca el cigarrillo con la planta de su pie durante un instante que se me antoja eterno y siento como si se estuviese riendo de mi- clavarme en tu retina y marcharme.
Gira y se aleja pausada y descaradamente.
Me quedo mirandola embobado. Calada. Vuelvo en mí y sonrío.
-Será zorra... -calada.

(A Seoane)