(Ficción de aficionados)

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¿Y si de repente...




... se torciese todo?



Lo digo porque es una sensación muy interesante. En el primer mundo vienen de serie las bases de la pirámide de Maslow, pero todo el mundo debería experimentar durante 10 mintuos en la vida el más profundo desamparo. Quizás sea adictivo, el puenting y otras cosas similares han sido inventadas por el hombre para emular tal sensación. Pero no es lo mismo, en absoluto.

Planteenselo durante un par de minutos. Y cuando digo todo, es todo.


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(Ficción de aficionados)

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A veces me vuelve ese olor. El olor que en mi cerebro esta archivado como el olor característico de aquella vez que... de tantas aquellas veces que compartimos juntos. El olor de las primeras veces que me diste muchas y muy grandes cosas sin esperar nada a cambio, y supongo que viceversa. Te caí en gracia, tú a mi también, y me alegro.

Me gusta que eso pase, porque a menudo matamos ese olor con otros olores: el de tus desaires, el de mis líneas rectas... Pero a veces vuelve para quedarse un rato, y me gusta porque me recuerda que sigue ahí y me hace pensar que siempre nos tendrá al menos un poquito impregnados.

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(Ficción de aficionados)

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- Me está subiendo el tripi
- ¿Ya? ¿Qué ves?
- Tu pelo rosa prende en llamas. El asfalto se me pega a las suelas de mis deportivas y viceversa. Las palmas de mis manos... las miles de pequeñas bocas de bebés gritan con fuerza ¡Que se callen! ¡Y quítame estos grilletes! ¡Ayuenta por favor las hormigas de esa colmena, por favor! ¡Ya sabes que me dan miedo las hormigas! Van a venir a por mi, estoy seguro. ¿Por que me cierran el paso los coches!? ¡¡Que os jodan!! ¿¡¡¡Qué os he hecho yo!!!? ¡¡¡Tú estás con ellos, joder!!!
...
Dejadme en paz por favor.

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(Basado en hechos reales)

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Poco a poco nos hacemos mayores, aunque yo prefiero pensar que nos hacen mayores. El engrasado mecanismo de la sociedad nos acaba arrastrando. Nos deslizamos entre los engranajes de un gran reloj creyendo que podremos elegir el próximo giro. Y podemos. ¿Pero de qué sirve poder elegir el próximo giro si no podemos elegir no elegirlo?

En el mejor de los casos no le prometimos a Peter Pan que no creceríamos, sospechando que no podríamos evitarlo. Y ahora él nos mira desde Nunca Jamás como ha mirado a tantos otros. Antes nos veía despertar casi al mediodía, ahora ya estamos despiertos incluso cuando él madruga. Antes nos veía andrajosos y descuidados. ¿Y ahora? Ahora se sorpende cuando observa que nos ha crecido un poco de más la barba. Ya no saltamos en los charcos para pesadumbre de Calvin y Mafalda.

Nos podemos seguir permitiendo el lujo de despeinarnos, eso sí ¡faltaría más!. Pero debemos llevar siempre un peine a mano por si acaso. A la vez es deseable e inevitable que sea así (pobres de los que van siempre despeinados), pero no deja de ser una lástima que escribir en tu blog de cuando en cuando, sea cada vez más de cuando en cuando.

Hay que masticar bien todas las etapas para que no se te vayan atragantando.

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