viernes, 10 de abril de 2015

(Ficción de aficionados)


Lo romántico de una habitación de hotel. Lo gracioso de un chiste tonto repetido cien veces. Aguantar la mirada por segunda vez, casi seguido de la primera. Desayunar en el balcón la primera mañana calurosa de la primavera. El olor de tu pueblo. Robar un beso. Que te roben un beso. Despertarte en mitad de la noche, comprobar que ella está ahí y seguir durmiendo. La carcajada que sólo unos pocos pueden sacarte. Que te amanezca sin ganas de irte a dormir. El primer chapuzón de la temporada. Volar en sueños. El nerviosismo que precede un reencuentro. Salir a “tomar algo” y acabar borracho. Sentirte comprendido sin decir nada.


Esas pequeñas cosas… 

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