No
quiero volver a verte. Porque me dueles. Me gustas y me dueles, y sé que
podrías dolerme todavía más. Porque cuando entro en tu burbuja todo es idílico,
pero cuando salgo el aire que respiro quema en mi garganta.
Tengo
miedo y me duele. Me duele el miedo a no volver a verte y que nunca nos vayamos
de viaje juntos. Pero, no sé explicarlo, también me duele el quedarme contigo.
No
quiero tomarme un café, asomándome a tus ojos, con la duda de si en el fondo
morías de ganas por asomarte a los míos. O estas deseando terminarlo porque has
quedado con alguien que sí es alguien en tú vida. No tengo miedo de esos álguienes, si sé que todos los días me echas 5 segundos de menos.
Te
tengo miedo a ti, desbocada. Y tengo mucho más miedo a, sin darme cuenta, descubrirme
un día intentando domarte. Tengo aún más miedo a conseguirlo aunque sea un
poco, porque eso sí que no me lo perdonaría...
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