martes, 21 de abril de 2009

(Ficción de aficionados)

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En la marisma de mi soledad por fin comprendí.

Que escribir unos versos tarde es demasiado tarde y no sirve para nada, porque el dolor duele al momento y no se arregla cantando canciones bajo una ventana. Que las lagrimas mojan cuando caen y nunca saben dulce. Que ese descuido de mi olvido de aquel día se te quedará grabado por siempre y ya nunca podré hacer nada por borrarlo. Que debí haber pensado mejor aquellas palabras que te dije distraido. Que se me enfriará el café y mi castigo será bebermelo frío.

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lunes, 20 de abril de 2009

(Basado en hechos reales)

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Por la risa. Por esa sensación de alzarte un escalón por encima de la muchedumbre para respirar aire puro. Porque los ingleses dieron en el clavo con eso del "to be high", por encima de problemas que me rondan, que me atacan, que me muerden. Porque tampoco andaban lejos los indios usandolo para tener extrañas conexiones con extraños ídolos; yo las tengo de otra forma y las disfruto a mi manera. Porque me gusta que se despeje mi mente para cargarse de un montón de ideas, más o menos creativas, más o menos gamberras. Porque desconecto cobardemente, y esos días son los que más me río. Por dormir de un tirón 12 horas y levantarme como si hubiese dormido 24. Porque ejerzo mi libertad y tú que intentas acotarla desapareces.

Porque toser de vez en cuando es un precio demasiado pequeño.

Por todo eso debemos seguir usando las drogas, eso sí, sin dejar que ellas nos usen a nosotros.

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viernes, 17 de abril de 2009

(Basado en hechos reales)

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No os olvideis de darle las gracias al tio que coloca los botellines de agua en la maratón de Nueva York. Ni al cámara que grabó el golpe de estado. Ni a vuestro barman habitual. Dadle las gracias, aunque sea mentalmente, al acordeonista que toca esa canción en la calle, o que coño, echadle unos eurillos. Agradecedle también al portero cada uno de los goles que marca su propio equipo, porque un equipo son diez más el portero. Dadle las gracias al autobusero que para y os espera despues de haber arrancado, pero dádselas de corazón, pensad que a él le da igual que tengáis prisa. Agradeced el gesto del profesor que intenta en vano aprenderse todos vuestros nombres...

Y si no habeis agradecido nunca todas esas cosas... ¡pardiez que me importa un bledo! Eso sí, siempre que tengáis un "gracias" a mano para la próxima persona que se lo merezca.

He dicho.

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miércoles, 15 de abril de 2009

(Ficción de aficionados)

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¿De que coño vas con esas pintas de madame guapa? Con ese brazalete de luto que parece el esputo del viejo Clint. Eres una hortera saltinbanqui que pasa cerca de tranqui cuando se me incha la soberbia y algun que otro recipiente donde resumo el "echar pa' alante" y el "no me pises" caradura, que de las vueltas de una mala reyerta acaricie la locura de Don Quijote. Y ahora te juro que si estás ahi más nos vale que me admires como cáliz de Cristo, que te acerques en un visto y no visto a ronronearme al son de placeres, cual jaco que pasa de puntillas por mis venas, cual abrazo firme de Judas, una condena. Ay pequeña señorita de esparto, habitante de un último cajón, de un último vagón, del asiento del copiloto que no tiene cinturón ni airbag, ni noches con estrellas, y es que nadie se las enseña por menos de un real y una real mamada. Que se te levante más la barbilla, que se te acorte más la falda y que te explote tu perfecta sonrisa, meciendo en la suave brisa, todo una nieve de trocitos de tus dientes. Asi quizás apoyes los pies en la tierra, y de derramar una lágrima descubras que te hiciste mujer hace tiempo, que nadie te aviso en su momento, y que ahora estás sola y perdida, al albor de tu vida, con ticket de ida y sin asiento.
Y amén que así sea.

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martes, 7 de abril de 2009

(Ficción de aficionados)

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En las calles anda suelta una nueva especie de prostituta. Prostitutas que no venden su cuerpo por dinero, sino por sexo. Por el mero placer de obtener placer a cambio. Tengan cuidado porque nada más les importa. De dosis necesitadas van ciegas y les dan igual las más de las personas en su entorno. Son efectivamente efectivas haciéndose pasar por chicas inocentes, siempre riendo risueñas, y de mirada bonita. Algunas, para mayor humillación de sus clientes, suelen ponerse un infantil lazo en el pelo.

Tengan cuidado, están ahí fuera. Tengan cuidado con esas pobres diablas.

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