miércoles, 6 de mayo de 2009

(Basado en hechos reales)

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Me gusta coger el bus. Monto en la primera parada y recorro la línea entera hasta la última. Disfruto mirando a traves de las ventanas como si fuese un acuario: todo está siempre igual pero nunca ves al mismo pez en el mismo sitio. Me gusta cuando una señora te comenta enfadada que no hay derecho, que la gente aparca donde quiere y que a saber donde estarán los municipales. Me encanta complicarme con ella y poner a parir a todos los funcionarios, desde policías a presidentes; y de vez en cuando, ¿por qué no?, mencionar a esta juventud que cada vez está más loca.

Me gusta verlos bajar a todos en la penúltima parada e imaginar que llego a mi destino porque mi chófer va donde yo le mando. Y ¡joder!, si luce el sol, eso me vale para tener un día redondo.

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