lunes, 18 de mayo de 2009

(Basado en hechos reales)

Punto final a mi campaña post final de copa.

Hay un montón de cosas que podría decir aqui, y que serían repetición para la mayoría de los que conocen mi odio hacia el Athletic. A estos les pediré que me lean con la más lesa atención.

Empezaré relatando brevemente los prolegómenos del gran partido. Resulta que nos dió por engalanar balcones al más puro estilo pueblerino, que se note que los eventos grandes nos quedan grandes. Después se empezaron a oir precios de la reventa en torno a mil euros, y que si los comerciantes valencianos habían rezado para que fuese el Athletic el que llegase a la final (conociendo probablemente nuestra condición de ciegos fanáticos, y previendo que una afición como la del Athletic, para más inri ávida de titulos, llevaría hasta sus mostradores más clientes que los que el aforo lógico de Mestalla podría ubicar). Luego la locura se extendió entre gente a los que podría incluso haber considerado iguales: se iban a Valencia, sin entrada, y con estancia de apenas unas horas. ¡Madre del amor hermoso! ¿Nos hemos vuelto locos?. En fin, que escribo en primera persona del plural, pero me da una vergüenza increíble que me identifiquen con este estrato social futbolero.

Durante el partido, ví lo que yo, por mi condición de antinacionalista, polemista y de tipo con mala baba en general, podría haber imaginado, pero nunca llegué a imaginar. Me refiero a las pitadas al rey en su versión sucursal en San Mamés (el himno ni fue emitido, claro está). ¡Que sincronización, que intensidad! Pitos que me dan, eso sí, licencia para asociar definitivamente fútbol y política (asi que se prepare la autoproclamada "mejor afición del mundo"), porque ¿qué mejor momento que este para saber diferenciar entre deporte y política? No esperaba menos de tanto anormal, en este caso rojiblanco (sin hacer de menos a otros anormales de otros colorines, que pardiez sí los hay).

Final del partido y parte más importante de la estupidez humana (además de rojiblanca en este caso). El chorreo fue increible, el Athletic estuvo en el campo 20 minutos y luego creo que se fue al vestuario (dando gracias de que el Barça no quisiese hacer una sangría). Obviamente no he oido comentar esto a nadie. Lo que si he notado han sido grandes dosis de humildad post-partido. ¿Dónde estaba esa humildad durante el mes y medio que llevo aguantando tanta fanfarronería? Porque sería de agradecer, que un equipo humilde como el Athletic, hiciese gala de humildad, o en el peor de los casos, de realismo. Después todo eran "es el mejor Barça de la historia", "sabiamos que podía pasar"... Joder, encima se las dan de afición con buen perder. ¿No será que la meada fue tan grande que no quedaba otra? Creo que sí, y lo creo porque ví a los más tontos (exclusivamente a los más, más tontos) justificar el 1-4 (sí, sí, el 1-4!!!) con argumentos completamentes idiotas. Pero si la cosa hubiese andado algo más apretada, estoy seguro de que a esos tontos de élite se les habrían unido muchos más, gritando borrachos al unísono: "puto Barça! puto Barça! eh! eh!" (si no gritos de índole xenofoba al más puro estilo antimaqueto de San Mamés).

Aunque podría extenderme más, solo diré que la única salida que veo a aguantar a tanto fanático y tanta rojiblanca que no sabe lo que es un fuera de juego, es conseguir que el año que viene sea por fin el año que el Athletic baje a segunda. A ver que pasa con la afición, que pasa con Llorente, y que pasa con el índice de suicidios en Bilbao. Aunque seguro que por cada idiota que se suicide aparecen dos o tres nuevos, es ley de vida.

Un saludo y perdonenme las conciencias heridas.

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