domingo, 23 de noviembre de 2008

(Crónica de un regüeldo)

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ODA A LOS VÓMITOS DE KABRA
(o DE CÓMO KABRA CONVIERTE EL POTAR EN UN ARTE)


De sus carrillos rebosantes
a la fuerza fue retenido
lo que a la fuerza era sabido
elixir matutino laxante

El camino desesperante
que restaba hasta el servicio
a risas fue propicio
y nos mantuvo expectantes

El váter, antojose lejos
sustituyose por lavabo
Resultado: fueron impregnados
pantalón, calcetín y espejo.

Violentamente, con enojo
expuso al público la cena
que antaño pareció estar buena
mas en exceso de pimiento rojo.

Horizontalmente tendido
y femeninamente cuidado
simulaba no haber potado
en todas las farras que han sido.

Por sorpresa muy sorprendidos
cuando decidió repetir azaña
Y es que el Kabra siempre dió caña
en la vanguardia del descomido.

Acabó haciendo uso de la cama
terminado su tráfico digestivo
y en su haber tiene el estar vivo
y hacer noche en chez Valderrama.


Hoy más que nunca, esto es la crónica de un regüeldo
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