domingo, 8 de marzo de 2009

Por qué me cae mal el Athletic

Ahora que el equipo está a las puertas de cosechar un título, me está entrando una especie de complejo de Judas, instaurado en mí por todos esos "fanáticos" rojiblancos que no han visto un partido del Athletic en todo el año (y que muchas veces a duras penas podrían explicar un fuera de juego). Resulta que nadie entiende por qué me cae mal el Athletic, y miren que yo intento explicarme. La explicación "resumen para vagos" es la que versa sobre el trasfondo político tal y cual; pero me veo desbordado cuando la gente digamos... no parece entender una mierda de lo que digo. Vayamos por partes:

I) Un equipo de fútbol es una empresa privada. Una empresa que vende entradas para un campo y merchandaising por un lado, ilusiones y decepciones por el otro. Si se me reprochase que no me compro camisetas de la Athletic podría defenderme bastante facilmente. Pero qué decir cuando te reprochan que no te "sientas" del Athletic, que no hables en primera persona del plural cada vez que un domingo "ganamos" o "perdemos". Señores, estan ustedes comprando la ilusión de pertenecer a algo a lo que no pertenecen de manera fehaciente, y disfrutando de la unión frente al enemigo común de turno (triste esencia del deporte rey).
Llamaremos a este punto primero "Vivir en la prehistoria"

II) Pero joder Mario, como te pasas, no le des tantas vueltas. Es el equipo de tu ciudad, un equipo histórico (todos los son en cierta forma). Como les extraña a algunos que no me sienta del Athletic, ¡siendo de Bilbao!. Cosa más falsa señores, si uno de Eibar puede ser del Athletic y nadie le dice nada, yo quiero ser del equipo que me da la gana. En este caso me huele a gato encerrado, la extraña relación (el que la niegue que deje de leer a partir de aqui) entre la política de fichajes del Athletic y la política nacionalista arraigada en mayor o menor medida en la sociedad bilbaina. Solo fichamos gente de la cantera o vascos, podriamos añadir, que en general no se fichan maquetos ni personas non gratas y no desentonaría mucho. Y es que señores, la empresa privada Athletic de Bilbao margina a sus trabajadores por su procedencia, menos mal para sus directivos que la ministra de igualdad es un poco torpe... Y claro, esto en manos de descabezados se convierte en una especie de arma de supremacía. Gracias a dios, "nuestro amado club" nos ha dado algún ejemplo de como al igual que en la política, las memorias frágiles dan lugar a ocasiones para la hipocresía (Lizarazu...?). A pesar de ello que nadie se despiste del tandem nacionalismo-Athletic, estandarte de demasiados.
Llamaremos a este punto segundo "Ser un buen vasco"

III) Llegamos al meollo de la cuestión. El que haya llegado aqui podrá entenderme quizás un poco. O al menos ver de donde procede mi mala baba. De ningún otro sitio más que del sentido común, que me dice que algo pasa cuando la Diputación de Vizcaya financia con 5 bonitos millones de euros la empresa privada "Athletic de Bilbao" porque claro, a nadie se le ocurre poner en duda que todos somos del Athletic, todos sentimos esos colores, y todos morimos porque el dinero público (el de todos) saque de un aprieto a nuestra empresa privada favorita. Digo yo que lo honrado habría sido que entre todas las peñas y aficionados del Athletic (en y fuera de Vizcaya), hubiesen hecho un bote a parte para sacar 5 millones de euritos (¿que le puede costar esto a la mejor aficion del mundo?). Pero claro, mejor pagar entre todos, a escote, y que contribuya igual el hombre que pasa los domingos paseando con su nieto, que el anormal de turno que grita gora euskadi (a pesar de no saber euskera) rodeado de semejantes, en las entrañas de Camp Athletic. Y ojo, esto es solo un ejemplo, doy por hecho que habrá, como en muchas otras instituciones, muchos más chanchullos igual de ilustrativos (nuevo San Mames...?) pero me he decantado por este.
Llamaremos a este punto tercero "El que se quiera ir de putas que se las pague"

Y ya, por último y por ayudar a esta la mejor afición del mundo, diré que señores, comportense como la afición de un equipo de primera, que parecen ustedes de pueblo (en el mal sentido, que bueno también lo hay pero no toca). No me hagan tener esa triste sensación de que en Euskadi, en temas de raciocinio, para poner en hora el reloj hay que atrasarlo cosa de 20 años. Y creanme, me asalta esta sensación demasiado a menudo.

Perdonenme las sensibilidades heridas y un saludo.

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