lunes, 16 de marzo de 2009

(Basado en hechos reales)

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- Fuimos a cenar y estuvo realmente bien. Fue tan divertido como lo había sido siempre; solo que sin esas cosas del sexo, que aunque molan mucho, vuelven todo jodidamente turbio y malinterpretable.
- ¿Y hablastéis?
- Ummm bueno, sí. Pero no me quedé muy tranquilo
- ¿Por qué? ¿No le dijiste todo lo que querías?
- Pues a ver, en esencia sí, pero justo despues de despedirnos me abordó una terrible sensación como de no haberme explicado bien. Lo he estado dando vueltas... Quiero decir, que le solté todo aquello de que quería que supiese que podia contar conmigo de verdad, porque así es como me siento, la considero mi amiga y eso es mucho más de lo que puedo decir de la mayoría. Pero ¿yo que sé como sonó? ¿o qué pensaría ella?.
- Bueno, pero si se lo dijiste...
- Ya, pero no es eso. Es la sensación de no poder hacerle llegar que me importa, que me importa de verdad, y que no soportaría la idea de ser en su vida un papel que una vez garabateado se puede arrugar y dejar tirado por ahí...
- Bueno, pero dices que es muy inteligente, seguro que ella ha notado todo eso.
- Sí, espero que así sea, de verdad que sí...
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