viernes, 22 de octubre de 2010

(Basado en hechos reales)

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Sentados a la misma mesa: una albanesa, una italiana, dos portugueses y dos españoles.

Se salta tranquilamente del castellano, al ingles, del ingles al italiano y del italiano a la mixtura de Filipe. Se habla de culturas, de cultura, de moda y también de la vida. Es perversamente divertido porque no es estridente en absoluto.

Pobrinhos de aquellos que dicen que los portugueses son nuestros hermanos pequeños, cuando pequeños es un eufemismo velado de pobres y de anticuados. Porque lo que sí son es hermanos y esto es lo que más me piace. Como también lo son los italianos, con sus gomina, su imagen sobrecuidada y sus chicas difíciles (al menos dicen que más que las nuestras). Y sobre los albaneses, la verdad, no sé mucho, pero es casi erótico verla ponerse a hablar frances porque hay quien la entiende y quien la contesta.

Me siento injustamente bien tratado en este país, pero si por mí y por mi internacionalismo fuese, mandaría al guano a Portugal, España, Italia, y ¿por qué no? tambien Francia, por muy suyos que digamos que son. Crearía la Unión de las Naciones Latinas, de la que no estaría excluida ninguna nación por su origen latino o no.

Es más, Inglaterra sería nuestro aliado especial porque table y tavola son la stessa cosa.

¡Viva todo el mundo de dondequiera que venga!

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